Por Adriana Gil
Un día como hoy, en 1972, el general Juan Domingo Perón,
desde su exilio en Madrid, envió un mensaje al secretario general de Naciones
Unidas Kurt Waldheim, en el
que alertaba sobre "la marcha suicida que la humanidad ha emprendido a
través de la contaminación del medio ambiente y la biosfera, la dilapidación de
los recursos naturales, el crecimiento sin freno de la población y la
sobreestimación de la tecnología". Ese mismo año la Asamblea de las Naciones
Unidas decidió establecer el 18 de octubre como fecha de concientización mundial acerca
del cuidado de la naturaleza.
El avance del
cambio climático ya es innegable y sus efectos nocivos y alarmantes pueden observarse
en el aumento creciente de la temperatura produciendo desertificación y sequías
extendidas. Las consecuencias también son cada vez más notorias en la
estructura de los glaciares y en zonas del Ártico con el desprendimiento de
enormes masas de hielo.
El uso
indiscriminado y abusivo de sustancias químicas, de combustibles altamente
contaminantes, de un tratamiento depredador de bosques y tierras de montaña tienen
un efecto destructivo de la fauna y flora que forman un equilibrio de soporte y
protección de la vida humana. El sistema de producción masiva es uno de los grandes
contribuyentes a este estado de cosas cuyos desperdicios contaminan los ríos,
afluentes y océanos creando sedimentos de alta peligrosidad para la vida en
general y cuyo alcance todavía no termina de dimensionarse.
La conciencia
sobre el cuidado del medio ambiente y la naturaleza de la que todos formamos
parte debe impulsarse enérgicamente por todos los medios posibles, promoviendo
una urgente reflexión en defensa de la vida del planeta.