Por Adriana Gil
Eduardo Falú nació
en El Galpón, provincia de Salta en 1923 y falleció un 9 de agosto de 2013.
Siendo niño su familia se trasladó a Metán y, atraído por la música, comenzó a
aprender guitarra de forma autodidacta cuando tenía once años. Vivió entre
Salta y Buenos Aires donde se había radicado en 1945.
Falú puede ser
considerado uno de los más relevantes músicos y compositores argentinos y
latinoamericanos. Su sensibilidad por el arte y la estética le permitió
componer obras de gran belleza y valor como “Zamba de la Candelaria”, “Tonada
del viejo amor”, “Milonga del alucinado” entre tantas otras basadas en letras
de grandes poetas como Jaime Dávalos. Entre sus mejores piezas se
pueden mencionar canciones cuyas letras escribieron poetas de la talla de
Manuel J. Castilla como “Celos del viento” o “Minero Potosino” o León Benarós,
Osiris Rodríguez Castillos, Hamlet Lima Quintana y Marta Mendicute.
No menor en su extraordinario
valor musical fueron las obras de carácter épico compuestas en colaboración con
Ernesto Sábato o José Hernández como el “Romance de la Muerte de Juan Lavalle
sobre textos de Jorge Luis Borges.
Como guitarrista
solista descolló en composiciones folklóricas como “Choro del caminante”, “Camino
a Sucre” y “Trémolo” por mencionar solo algunas. Con su arreglo para guitarra
embelleció la tradicional zamba “La cuartelera” creada durante las batallas
argentinas del siglo XIX.
En su trayectoria
sobresaliente no es posible olvidar su interpretación en guitarra de la Suite
Argentina y su participación memorable con la Camerata Bariloche dirigida por
Elías Khayat.
En 1985 recibió
el Premio Konex de Platino como instrumentista de guitarra y en 2015, con carácter
póstumo un nuevo Premio Konex, el
Diploma al Mérito en la disciplina Instrumentista.
El 16 de abril de
2011, como un homenaje en vida, fue inaugurado en Salta un anfiteatro en su
honor.
Falleció el 9 de
agosto de 2013 en Buenos Aires a la edad de 90 años. Sus restos descansan en el
Panteón de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores en el Cementerio de
la Chacarita.