Alejandra Rodríguez es una abogada feminista cuya
militancia se enmarca dentro del peronismo. Preside la Red de Mujeres Taficeñas
y es encargada del punto de contacto de ANSES de la Municipalidad de Tafí
Viejo, ciudad de la que es candidata a intendenta.
Sin Miga: ¿En qué consiste su proyecto “Red de Mujeres”? ¿a
quiénes apunta?
AR: Hace un tiempo, visitando algunos municipios de la
provincia, conocí distintas versiones de la Red de Mujeres. Me pareció un buen
proyecto para Tafí Viejo y empecé a trabajar para replicarlo en mi ciudad. No
puedo decir que es estrictamente “mi” proyecto: es la adaptación de una
propuesta que ya existía en otras ciudades y que requiere de un compromiso
colectivo para funcionar, no se puede hacer una red con una sola persona. Afortunadamente
pude formar equipo muy rápido, en Tafí hay muchas mujeres solidarias y con
ganas de trabajar.
Lo que hacemos es tratar de responder a demandas de las
taficeñas, especialmente en los barrios populares. Gestionamos móviles
sanitarios y de documentación; brindamos asistencia e información sobre
seguridad social; acompañamos en la realización de trámites complejos y
gestionamos la provisión de algunos bienes que las familias necesitan. Muchas
veces organizamos talleres de capacitación a pedido de las chicas de un barrio
o de un grupo determinado.
Sin Miga: La reinauguración del Mercado Municipal ¿se
vincula de algún modo con su trabajo con las mujeres taficeñas?
AR: La reinauguración del Mercado Municipal es un proyecto
de la gestión de Javier Noguera, un proyecto que se ha llevado adelante tras
décadas de postergación, al igual que la Hostería Atahualpa Yupanqui. La
recuperación de este tipo de espacios de gestión municipal que inciden de
manera directa en la economía local se vincula con la historia militante de
cualquier peronista, mujer o varón.
Sin Miga: ¿Y el Centro de Interpretación Tecnológico y
Ambiental?
AR: El CIAT es otro proyecto exitoso de la gestión de Javier
Noguera. Tiene todo: recupera materiales descartados; promueve la investigación
para producir fertilizantes a partir de los residuos orgánicos; utiliza aceite
para producir combustible que pone en funcionamiento los ómnibus municipales…
Además, quien lleva sus plásticos y su aceite a los puntos verdes recibe créditos
en una tarjeta digital y puede usar esos créditos para viajar en el ómnibus
municipal. Me gustaría ampliar las capacidades del CIAT, gestionar maquinaria
para aumentar la producción de materiales de construcción y de combustible y
obtener recursos para establecer un sistema taficeño de transporte limpio, los
ecobuses han contribuido a demostrar que es posible.
Sin Miga: Vinculados al mundo de la mujer ¿qué problemas
específicos ha detectado en el municipio de Tafí Viejo?
AR: No soy cientista social, de modo que no soy yo quien
“detecta” los problemas. Pero por suerte en Tafí hay compañeras historiadoras,
comunicadoras, politólogas, arquitectas y economistas que a través de
observatorios académicos y de trabajos personales e institucionales que analizan
las cuestiones sociales, políticas y ambientales, entre otras, que afectan más
a las mujeres que a los varones o que afectan en forma exclusiva a las mujeres.
En este sentido, Tafí Viejo no difiere mucho de las otras ciudades que integran
actualmente el área metropolitana de Tucumán.
Personalmente, pienso que una situación sobre la que hay que
reflexionar es la de las tareas de cuidado. Somos las mujeres quienes estamos
mayormente a cargo del cuidado de nuestros niños y niñas; de nuestros mayores o
de las personas de la familia con algún tipo de discapacidad. ¿Cómo y en qué
medida influye eso en otras cuestiones relacionadas con las postergaciones que
afectan al colectivo de las mujeres? ¿Es eso lo que nos empuja a trabajar
autoempleadas o en las economías informales? ¿Es eso lo que afecta nuestra
participación en la política, lo que lleva a los empleadores a considerar que
no podemos asumir cargos gerenciales? ¿Es la responsabilidad del cuidado lo que
nos lleva muchas veces a posponer nuestro deseo de capacitación? ¿Cómo pueden
los gobiernos locales, que son los que tienen un contacto más directo con las
ciudadanas, aliviar la carga de este trabajo que, aunque es indispensable y
tiene impacto directo sobre la economía, para muchos es invisible?
La discusión acerca del trabajo fuera de la casa versus el
trabajo dentro de la casa tiene, a mi modo de ver, una complejidad que es
necesario abordar desde distintos puntos de vista, porque no es sólo “un
problema de las mujeres”, sino que incide en la economía y es un asunto
directamente relacionado con el bienestar social.
Sin Miga: Coméntenos sobre su militancia feminista.
AR: Mi militancia feminista empezó, como para muchas mujeres
de mi generación, con cobrar conciencia de que las cosas son más difíciles para
nosotras, y de que eso está mal. Suena a poca cosa, pero no lo es. Sabemos que
la gran victoria de los sistemas de opresión y de segregación está en
naturalizar situaciones agraviantes. Durante buena parte de mi vida he creído
que las mujeres teníamos que probar nuestro valor para conquistar los espacios
a los que no teníamos acceso. Pero llega un momento en que una se pregunta
¿probárselo a quién? ¿Ante quién tengo que dar yo exámenes de que para tal o
cual cosa tengo las mismas capacidades y merezco las mismas oportunidades que
un varón? En los últimos años un número creciente de compañeras ha trabajado y
producido material valioso para mí, para mi crecimiento personal, en torno a
los feminismos. Mi militancia feminista de los últimos años radica en el hacer.
Tender la mano a mujeres que tienen demandas contenidas, desatendidas y hasta
ignoradas.
Promover este tipo de asistencia a través de la Red de
Mujeres aquí en Tafí me ha enseñado que muchas veces las personas pueden
sentirse más cercanas a las voluntarias de una ONG para manifestar sus
necesidades y para expresar sus deseos. He aprendido a escuchar y a
acompañar primero, y a hablar y proponer después. A veces los dispositivos
de asistencia estatal intervienen en un territorio de grandes necesidades
sociales y “disponen”, como su nombre lo indica, con esa carga de energía que
podemos pensar como masculina, ¿no? Como quien dice “vengo a traerles lo que
les hace bien”. Una agrupación como la red de mujeres no interviene, visita. No
dispone, acompaña. No indica, propone. En este sentido, pensar el Estado
desde una perspectiva feminista puede cambiar para bien el funcionamiento de
los servicios de los gobiernos locales, tendiendo a modelos más
participativos.
Sin Miga: Como política, se la ha criticado en tanto “señora
de” ¿qué tiene para decir al respecto?
AR: Bueno, me tomaría un café con la persona que ha hecho la
crítica, a ver qué tiene para decir al respecto.
Sin Miga: ¿Qué la diferencia de su esposo, el intendente
Javier Noguera? ¿Qué propuesta nueva propone a su línea de gestión?
AR: Él es Javier Noguera y yo Alejandra Rodríguez. Tenemos
un vínculo y formamos una familia, pero somos personas distintas: hemos
transitado caminos diversos que se han encontrado en un punto de fuerte
convicción y militancia dentro del peronismo kirchnerista. Mi historia familiar
está profundamente ligada a la práctica solidaria y al peronismo, mi abuelo fue
un histórico dirigente ferroviario, fundador de la Mutual Ferroviaria de Tafí
Viejo; y como mencioné antes, la perspectiva de una mujer no es igual a la de
un varón frente a la estructura y al accionar del Estado. Por supuesto, tengo
un deseo de continuar con el trabajo de la gestión Noguera, ya hemos hablado de
las obras de la Hostería, del CIAT y del Mercado Municipal. Los proyectos para
mi gestión seguirán en la línea de la ampliación de servicios, porque pienso
que la gestión de los gobiernos locales debe estar enfocada en el servicio
directo al ciudadano. Hace unos días hablábamos con mi equipo de una cuestión
bastante interesante: una buena gestión de servicios municipales es
“invisible”, por decirlo de algún modo. No notamos que las calles están en buen
estado, que los semáforos funcionan, que se cambian las luminarias de los
espacios públicos, que hay una frecuencia ininterrumpida de recolección de
residuos, que hay teatro todos los fines de semana. Pero cuando empiezan a
fallar los semáforos, las reparaciones de la calzada son más lentas que el
deterioro y el recolector de los miércoles no pasó y se acumula la basura hasta
el viernes, nos damos cuenta de que algo está fallando y de que alguien debería
hacerse cargo de esas tareas.
Sin Miga: En la escena artística tucumana, durante la
gestión saliente en Tafí Viejo se ha notado un apoyo a políticas culturales de
diversa índole ¿se ha pensado en un programa que facilite la sistematización de
esos apoyos y facilidades?
AR: La gestión actual de Tafí Viejo no sólo ha apoyado, ha
desarrollado sus propias políticas culturales. La Secretaría de Culturas ha
sido creada durante la intendencia de Javier Noguera. Estamos analizando varios
proyectos que nos ha hecho llegar la comunidad de artistas y de gestores
locales, así que no puedo dar muchas precisiones todavía. Sí puedo decir que la
abundancia de producción artística y cultural ha sido siempre una
característica de nuestra ciudad desde sus orígenes y que hemos tomado la
decisión política de multiplicar el número de actividades y de reforzar la
gestión de recursos para mejorar la infraestructura de los espacios en los que
se llevan adelante.
Sin Miga: En Tafí Viejo se creó un museo muy especial, el
Museo Ferroviario. Teniendo en cuenta de que en nuestro país existen otros de
similar característica, en plena actividad y de notable proyección en su
entorno social como, por ejemplo, el Ferrowhite de Bahía Blanca, ¿existe
interés por conseguir algo similar con nuestro museo? ¿Y qué otras áreas de la
cultura incluyen su proyecto de gobierno?
AR: No he podido conocer todavía el museo de Ingeniero
White, pero tengo entendido que tiene un perfil distinto al de Tafí Viejo.
Claro que nos gustaría ampliar y mejorar nuestro Museo Ferroviario. Hay un
consejo de administración integrado por la ONG Los Amigos del Museo, por la
Municipalidad de Tafí Viejo y por un representante del Conicet que lleva
adelante las tareas para preservar el valioso patrimonio, que incluye archivos
y planos en proceso de restauración. Otras áreas de la cultura con las que
hemos decidido nuestro compromiso de gestión son la literatura y las ciencias
sociales. Las taficeñas y taficeños tenemos una fuerte conexión con nuestra
ciudad, la sentimos parte de nuestra identidad. Para nosotros el estudio de la
Historia, la promoción de las investigaciones acerca de nuestros orígenes, de
las particularidades de nuestro espacio urbano, de la constitución de nuestra
diversidad étnica, social y cultural es importante.
Sin Miga: ¿Cómo cree que se puede proteger el patrimonio
arquitectónico que aún sobrevive en Tafí Viejo?
AR: La gestión de Javier Noguera no tiene precedentes en la
recuperación de edificaciones valiosas para la historia de Tafí Viejo. La
Hostería Atahualpa Yupanqui, el Mercado Municipal y los Talleres son un ejemplo
de ello. Me encantaría seguir por ese camino e ir incluso más allá. Tenemos
previsto hacer un relevamiento de los edificios de mayor valor histórico
arquitectónico que no forman parte del patrimonio estatal. Esa información nos
permitirá saber en qué situación están las construcciones, a qué se destinan o
quiénes son sus propietarios, por ejemplo. Claramente somos un equipo de
trabajo que pone mucho cuidado en las diversas formas que tiene la memoria
histórica urbana, pero de momento y hasta que se realice el relevamiento no
sería atinado ni prudente hablar acerca de cómo preservar ese patrimonio.